mayo 24, 2010
EL DÍA A DIA EN LA VIDA DE LAURA CAPITULO 13º
Laura no había encontrado el momento para hablar con Iván, quizás por miedo a su reacción, ella lo había pospuesto demasiado.
Por suerte el embarazo no se le notaba demasiado, todavía, pero ya habían pasado cuatro meses y empezaba a crecerle la barriga.
Aunque lo disimulaba como podía, Iván no tenía ni idea de su estado, menos aún que el niño no fuera de él.
Llevaban tanto tiempo sin tocarse, sin estar juntos, seguía tan enfadado con el mundo, que ni siquiera se daba cuanta de la presencia de Laura en la casa.
Detrás de la mesa de su despacho, Laura firmaba unos papeles, cuando, alguien llamó a la puerta.
No la dio tiempo a contestar cuando levantó la cabeza, su expresión cambió de repente, se quedó estupefacta, petrificada en la silla, sin poderse mover, casi no podía respirar, se la pasaron por la cabeza tantas cosas que no supo reaccionar.
- Hola, Laura. - Dijo Jaime muy serio, casi sin atreverse a entrar.
- ¿Qué haces aquí? Como puedes presentarte así como si nada.
- Deja que te explique, necesito hablar contigo, creo que tu también tienes algo que decirme. ¿No?
- El tiempo de hablar ya pasó, el día que desapareciste, dejándome una simple nota...
- Laura yo te quiero. - Interrumpió Jaime.
Laura se calló de inmediato, deseando en el fondo que fuera verdad, queriendo a la vez estrangularle por haberla dejado tan sola y enfadada, sentimiento que aún seguía teniendo hacía él, no sería tan fácil que la convenciera. O tal vez sí.
- Laura he vuelto, estoy aquí para seguir contigo, me he enterado que llevas en tu vientre un hijo mío.
- ¿Quién te lo ha dicho? Carmen verdad. -Gritó Laura alterada.
- Eso no importa ahora, el caso es que lo sé, necesitamos hablar de todo lo que ha pasado, te lo explicaré si me dejas.
- Estoy muy ocupada, cierra la puerta al salir.
Jaime miraba a Laura que había bajado la cabeza hacía sus papeles, comprendía que estuviera así, por eso dio media vuelta y cerró la puerta.
Marta vio a Jaime salir del despacho, se apresuró a su encuentro, estaba deseando verle, aunque hubiera sido ella la que le apartó de su lado y del de Laura.
- ¿Cómo estás? ¿Tu mujer y tus niñas bien? - Dijo Marta con retintín.
- Mejor que tú, mala pécora. Ya no tienes de que preocuparte, se lo he contado todo, me ha pedido el divorcio, eso sí, pero ahora podré estar con ella, por supuesto a ti no quiero ni verte.
Marta se desmoronó por dentro, sabía que estaba haciéndolo muy mal, pero no le importaba nada, sólo ver a Jaime estar lejos de Laura.
Le había salido mal la jugada, tenía que aprender a cerrar la boca. Pero le quería tanto, se le vino a la cabeza que Laura no debería enterarse, sino la despediría.
Detrás de la puerta que Jaime cerró, se encontraba una llorosa Laura, aunque no sabía muy bien si lloraba de rabia o de alegría, cogió la nota que tan desecha estaba y la tiró a la papelera.
Se detuvo a pensar en ellos, en la vuelta de Jaime en lo que le había dicho, y se estremeció, sí, lloraba de alegría por haberle visto, porque las palabras que oyó de su boca cuando dijo que la quería, la llenaron de gozo.
Hablaría con él, pero ahora mismo, quería que sufriera un poco, ella daría el paso cuando fuera conveniente.
Entonces volvió a la realidad de su vida, que cada vez le gustaba menos, Iván ocupó su cabeza, esta vez, pensando que el momento de decirle toda la verdad había llegado.
CONTINUARA...
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