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abril 30, 2010

EL DÍA A DIA EN LA VIDA DE LAURA CAPITULO 9º


Era la tercera vez que vomitaba, -Algo me habrá sentado mal- Pensaba Laura.
Se miró al espejo, tenía unas ojeras que le llegaban al suelo, la cara blanca y el ceño fruncido. -Encima estoy de mal humor- Volvió a pensar para si misma. -No me aguanto ni yo- eso lo dijo en voz alta.
Iván la oyó hablar sola pero se dio media vuelta en la cama y cerró los ojos.
Laura salió del cuarto de baño, tenía el estómago revuelto, no se encontraba nada bien.
Miró a Iván que dormía y sintió nauseas otra vez, hacía semanas que no hablaban, casi no se miraban a la cara, pensó si la culpaba a ella de su estado.
-Esa mañana se había levantado a parte de todo pensativa- sonrió.

Pero ya pasaba de él, ahora la preocupaba Carmen, llegaría en unas horas y pese a que se sentía enferma, estaba ansiosa por verla.

Llamó a la residencia:
- Hola. -Contestó Jaime.
Su voz la tranquilizaba.
- Hola Jaime, llamo para avisarte que hoy no iré por allí. Viene mi hermana de Argentina y voy a recogerla al aeropuerto.
- No te preocupes, esta todo controlado. Aunque los ancianitos y yo te echaremos de menos.
- Menos guasa. Nos vemos mañana.
- Lo estoy deseando.
- ¡Jaime! Ya basta. -Bromeó ella, aunque un poco incómoda.

La relación entre ambos había mejorado mucho, desde que hicieron el amor en el coche como dos adolescentes, se veían muy a menudo, cuando los dos podían, se escapaban sin que nadie se diera cuenta, eso es lo que ellos creían.

Cuando colgó, la culpa invadió su espacio interior, no podía quitarse a Jaime de la cabeza, ni los encuentros secretos. Su olor, su pasión, lo bien que lo pasaban juntos, esas caricias que estremecían su cuerpo.
El la susurraba al oído y a ella le encantaba, la besaba cálidamente y recorría todo su cuerpo, con sus manos, esculpiéndolo palmo a palmo, haciéndola disfrutar hasta el éxtasis.

Laura dejó de pensar, estaba excitada, se duchó rápidamente, tomó su café, cogió las llaves y cerró la puerta tras de sí, dejando en la casa todos sus pensamientos, la culpa y a su odiado ex-amor.

CONTINUARA...

abril 28, 2010

EL DÍA A DIA EN LA VIDA DE LAURA CAPITULO 8º


Llamaron a la puerta, el abrazo duró unos agradables segundos, el ánimo de Laura cambió, se sentía protegida, con las fuerzas necesarias para afrontarlo todo.
Después miró a Ramón su padre y le dio un abrazo tan fuerte que casi le rompe un hueso.

- Hija ¿Cómo estás? - Pregunto María la madre de Laura.
- Yo bien. ¿Y vosotros?
- Hemos estado de médicos con tu padre, se nos hizo imposible venir antes.
Laura se volvió hacía él preocupada.
- Papá que ocurre.
- Nada hija, cosas de la edad.
María cambió de tema rápidamente.
- ¿Cómo está Iván hija?
A Laura se le descompuso la cara.
- En la cama. Lleva dos días sin querer salir de allí. Desde el accidente no es el mismo.
- Dale tiempo, es duro verse así, lo que le ha pasado no se lo esperaba nadie. Y todos sabemos lo inquieto que es. - Comentó Ramón.
- ¡Qué es, duro! ¡Morirse es duro! Pero él está vivo, debería ser fuerte salir adelante y pensar un poquito en mí. - Contestó Laura muy enfadada.
- Lo siento hija se que lo estás pasando mal.
- Lo se papá, siento yo también haberme puesto así, estoy cansada de todo esto. De su actitud, sus pocas ganas de todo, su apatía, no hablamos del tema no quiere nada.

Laura se levantó hacía la cocina preparó unos cafés y se relajaron un poco.
Entre sorbo y sorbo la conversación iba cambiando de tema.

- Deberías saber hija, que tu hermana se quiere separar de Sergio. Están pasándolo mal, no quieren seguir juntos.
- Una mañana amaneció a su lado, la miraba con los ojos vacíos, ella pensó que algo no iba bien, le costó decírselo, pero al fin, logró sacar todo lo que tenía dentro.
Ya, no la quería.
- Cuanto lo siento, Carmen le quería tanto, estará destrozada.
- Quiere venirse a Madrid.
- Podría quedarse aquí de momento, nos vendrá bien una bocanada de aire fresco y otras cosas en las que pensar. - Le dijo Laura a su madre.
- Gracias hija, yo así me quedo más tranquila, ella no debería estar sola.
- No es nada mamá, es mi hermana y la adoro.

Los tres se quedaron en silencio un rato, bebiendo poco a poco sus cafés y oliendo el aroma del reencuentro...

CONTINUARA...

abril 18, 2010

EL DÍA A DIA EN LA VIDA DE LAURA CAPITULO 7º


Desde que Iván se encontraba en casa, Laura iba a la residencia más a menudo.
Ya casi había cogido el ritmo, otra vez.
Jaime la observaba de lejos, le encantaba verla así de animada, contenta y concentrada, ni siquiera se daba cuenta de que la estaba mirando.
Se la veía disfrutar con lo que hacía, mantener conversaciones con los resientes, ayudarles y preocuparse por ellos, eran cosas que sabía hacer muy bien.

Todo eso se reflejaba en todos esos rostros arrugados por el tiempo, miradas tristes, que pedían gritando en silencio, algo de atención y comprensión, sentir que todavía alguien les escucha.
Estaban encantados de que Laura estuviera por allí, la habían echado de menos.
Jaime fue a ayudarla con un anciano que pesaba demasiado, Laura no podía con él.

- Deja que te ayude.

Colocaron los dos como pudieron al anciano y salieron de la habitación.

- ¿Has terminado, Jaime? - Le preguntó Laura.
- Sí. Ahora me voy a comer. ¿Quieres venir conmigo? - Le dijo él tímido.

Laura se quedó pensativa, su corazón le pedía a gritos que la llevara lejos, por otro lado su razón le decía que no.
Hizo caso a lo que su corazón le dijo.

Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, la luz iluminaba sus ojos, con el vino que los dos tomaban la comida les estaba sentando demasiado bien.
Salieron del restaurante, bastante animados por el alcohol y la compañía, se les veía tan bien juntos y así se sentían bien.
Era de noche, la luz del atardecer se había ido ya, y la noche caía sobre sus rostros, dentro del coche y en penumbra, Jaime miró a Laura, tenía los carrillos sonrosados, le brillaban los ojos color miel, estaba tan guapa, que Jaime no pudo resistirse, se acercó a ella y la cogió entre sus fuertes brazos, Laura sintió el calor de su cuerpo cerro los ojos y se dejó llevar.

CONTINUARA...

abril 14, 2010

EL DÍA A DIA EN LA VIDA DE LAURA VI PARTE


Salían por la puerta del hospital, ella empujaba la silla, miraba su pelo negro siempre revuelto y no podía creerlo. Verle así la entristecía.

Que iban hacer ahora, pensaba en sus salidas con la bici, en lo que le gustaba hacer deporte, no se estaba quieto, le encantaba su trabajo pero ahora todo seria diferente, Laura se estremeció.

El accidente le dejó así, en una silla de ruedas, aunque el médico les había dado esperanzas, pues con rehabilitación Iván podría volver a andar, pero muy poco a poco.
Llegaron a casa después de sortear algunos obstáculos hasta dar con la puerta, estaban animados, ya en casa, respiraron tranquilos.

Los días de hospital habían sido muy largos, ansiaban el volver a su hogar, descansar, retomar aquella vida que dejaron antes del accidente, que ya casi no recordaban.

Laura preparó dos tazas de café calentitas, ayudo a que Iván se acomodara en el sofá y ella se sentó a su lado.

- ¿Qué tal cariño? _ Le preguntó para animarle.
- Cansado, me gustaría salir corriendo.

Los dos empezaron a reír como locos, aunque en el fondo Iván pensaba en el dolor de vivir atado, y Laura en la horrible posibilidad de vivir prisionera.

CONTINUARA...

abril 12, 2010

EL DÍA A DIA EN LA VIDA DE LAURA V PARTE

- Tengo buenas noticias. - Le dijo el médico, hacía ya días.

Le habían subido a la habitación. Laura estuvo con él, día y noche.
Ahora en casa quería descansar, antes de volver, darse una ducha rápida, cambiarse de ropa y comer algo.
Llevaba una semana sin pasarse por la residencia, Jaime se hacía cargo de todo, aunque le cogía poco el teléfono le tenía más o menos informada.

- Hemos tenido dos nuevos ingresos. Le comentó
- Todo va bien.
- Ha pasado algo, no te lo he querido decir antes para no preocuparte más, pero creo que deberías saberlo
- Dímelo Jaime, estoy cansada, si puedes ocuparte hazlo. - Se sentía incómoda hablando con él. Jaime se daba cuenta.
- Está bien. Sí, puedo encargarme de todo. Se trata de José

Un residente que lleva bastante tiempo con ellos, su cabeza no está muy bien y no sabe lo que hace. Se escapa con frecuencia y tienen que salir a buscarle demasiadas veces, esta vez, por desgracia fue peor.

-Le ha atropellado un coche, era de noche y no le vieron, no han podido hacer nada por él. Su familia no quiere saber nada, tenemos que hacernos cargo de todos los trámites.

Escuchaba lo que Jaime le contaba de José, intentando no echar ninguna lágrima pero tenía el corazón encogido. Pensaba en lo cariñoso que era, a pesar de su trastorno, de no saber como se llamaba, ni donde estaba, pero aún así se le quería, todos le querían.

- La familia se lo ha tomado mejor de lo que esperábamos, parece que se han quitado un peso de encima. - Comentó Jaime en vista de no oír su voz.
- Lo siento de verdad, ha sido un error enorme. - Volvió a hablar Jaime esperando respuesta.
Después de unos largos segundos, Laura volvió en sí.
- Bien, ahora no hay porque lamentarse, arréglalo todo. Me pasaré cuando pueda, ahora me voy para el hospital.

Jaime colgó, no se atrevía a preguntar nada no se atrevía a hablar con ella de nada que no fuera del trabajo, sentía por ella mas de lo que quería.
Se quedó sentado un buen rato, pensando en ella, sabiendo que nunca sería suya, aunque los dos quisieran, menos aún, después de lo que había pasado.

Cerró los ojos y apareció su cara, tan cerca de su boca y los dos besándose, pero después, Laura salió corriendo y desapareció, ahora solo hablaba con ella por teléfono.

CONTINUARA...

abril 07, 2010

EL DÍA A DÍA EN LA VIDA DE LAURA IV PARTE.


Tenía mala cara, las ojeras le llegaban al suelo. Había pasado la noche en el hospital se pasó por casa a cambiarse y se fue al trabajo.
Sentada en la mesa de su despacho, revisando los papeles de los residentes se encontraba francamente mal.
Jaime se acercó al verla así.
- Laura que haces aquí, deberías estar en el hospital.
- No puedo verle así, tiene tubos por todas partes y no me dejan estar en la UCI allí no pinto nada, luego iré.
- No te das cuenta, pero tampoco pintas nada aquí, sufriendo y viéndote sufrir.
- La casa se me cae encima, necesito estar ocupada, tenemos lo del último residente, el pobre se tiene que adaptar a todo esto.
- Yo me ocupo.
- Déjame necesito concentrarme y no pensar en nada más.
Jaime se acercó a ella, antes de dejarla sola, la levantó de la silla, y le dio un abrazo, ella le correspondió, no pudo contener las lágrimas.
Estuvieron así un buen rato, se sentían agusto, entonces ella se apartó, mirándole a los ojos.
Esos ojos que ella siempre había querido, amado en silencio, con los que había soñado demasiadas veces, incluso sin querer.
Se apartó un poco más, pero el la retuvo, sintiendo su cuerpo, entonces sin pensárselo dos veces, ella le besó...

CONTINUARA...

abril 04, 2010

EL DÍA A DÍA EN LA VIDA DE LAURA III PARTE.


Llegó a casa más temprano de lo que ella había pensado, se puso cómoda, después de un largo baño y empezó hacer la cena.
Preparó el pato a la naranja que tanto le gustaba a Iván, encendió el horno y metió la bandeja.
Mientras conducía, pensó en su relación con él, estaba dispuesta a cambiar, se tomaba las cosas demasiado en serio, pero no era para tanto, tenía que intentar no pensar mucho, desconectar de vez en cuando, e intentar ser feliz con él.
Terminó de poner los tenedores y encendió unas velas, llenó dos copas de vino, cogió la suya y se sentó en el sofá, relajada, todo le parecía diferente.
Sonó el teléfono, se sobresaltó asustándose, se había quedado dormia, miró el reloj, era tarde, Iván no había llegado todavía, le pareció extraño.
- Dígame
- Hola, lamento molestarla, es la mujer de Iván de la Torre, le llamo del hospital, ha sufrido un accidente.
- Pero está bien, por favor dígame como está.
- Es mejor que se pase por aquí lo antes posible.
- De acuerdo voy ahora mismo.

Cogió un taxi, no estaba para conducir, con los ojos humedecidos, nerviosa por no saber de su estado, pensando en lo peor, Laura no era consciente de lo que se le venía encima.
Al ver la puerta de urgencias del hospital, un escalofrio le recorrió el cuerpo, cerro los ojos, se armó de valor y lo último que penso, fue que jamás volvería a preparar pato a la naranja.

CONTINUARA...

abril 01, 2010

EL DÍA A DÍA EN LA VIDA DE LAURA II PARTE


Hablando con la familia le observaba, absorta en la mirada del anciano, cabizbajo con el semblante triste, pensaba si realmente sentiría algo.
Caundo se quedó sola, revisò sus papeles, mientras, su cabeza no la dejaba pensar con claridad.
No hacía otra cosa que pensar en Iván, en su vida, en la vida de los dos.
¿Ella le quería? No lo sabía, ahora mismo, no.
Volvió a su trabajo, aunque no le apetecía nada, pero debía evaluar la situación .
Se concentró en su nuevo residente.
La familia le había contado cosas horribles, como que ya no les reconocía, eso era muy doloroso para ellos, no podía mantenerse en pie y era imposible asearle, no quería comer, y tenía espisodios violentos.
Todo esto significaba que estaba en un estado avanzado de la enfermedad de Alzheimer.
Síntomas que hacen imposible una convivencia entre el anciano y sus familiares.
Tenía mucha confianza en su personal, era gente cualificada que les encantaba su trabajo y el trato con todos y cada uno de ellos.
La residencia no era muy grande, lo suficiente, y Laura ayudaba a cuidarles como la que mas, pues también adoraba todo aquello.
Cuando decidió dedicarse a cuidar personas mayores, nadie lo entendió, sus padres estaban orgullosos de su enfermera, ellos querían que fuera médico, pero ella no, se conformaron con que fuera una buena enfermera.
Mas tarde se hizo auxiliar de geriatría, trabajando como tal en muchas residencias, formándose cada vez más y mejor, aspirando todo lo que hacían y veía de los demás.
Estuvo tres años como directora de una buena residencia, grande, con más de trescientos ancianos y allí aprendió más de lo que había imaginado, por eso decidió poner la suya propia, para que sus ancianos disfrutaran de las comodidades de un hogar, al apartarlos de su propia casa incluso de sus seres queridos, se sentirían como en casa.

Llamó a Jaime, era su mano derecha, llevaba tantos años con ella que casi no lo recordaba, unos ocho quizás, pero sin él ella no era nada, le era de gran ayuda siempre que hacía falta un hombre para levantar peso, allí estaba él, o para controlar momentos violentos en lo que todos se revolucionaban, a parte de hacer su trabajo como nadie, pues los ancianos le adoraban.

Volvió a pensar en Jaime como hombre, hacía tiempo que no le pasaba eso, se quito ese pensamiento de la cabeza.
La culpa se apoderó de ella, otra vez.

CONTINUARÁ...