Erase una vez, hace ya algunos años, en uno de los barrios mas importantes de Madrid, vivía una joven con su adorada familia.
Dice la leyenda que sus ojos verdes iluminaban cual lugar que frecuentaba. Su canto melodioso ignotizaba a todo joven caballero andante que la quisiera conquistar. Pero ella solo sería para uno.
Ese día que él la vio pensó que era la mujer mas bella del barrio, con sus ojos verdes iluminó su corazón y con su canto ignotizó su alma.
Se casaron y fueron felices. Tuvieron cuatro hijos hermosos que adoraban, cuidaban y protegían, todos y cada uno de los días que estuvieron juntos.
Ahora sus hijos son mayores y aún así los sigue protegiendo, cuidándoles y adorando todos y cada uno de sus días con ellos.
Hablan los que les conocen del lugar que estos hijos la quieren con locura y le agradecen los días de vida que ella les dio, protegiéndoles cuando tienen miedo, arropándoles cuando tienen frío y dándoles todo el amor que una madre puede dar.
Dicen también que les agradecen todos los valores que les ha enseñado, respeto, sinceridad y lealtad entre otros muchos.
Ellos son, hoy en día, felices hombres y mujeres dignos de tener la gran madre que tienen.
Por eso quieren alabar su condición de madre, esfuerzo por criar a sus hijos su dedicación y coraje.
Así que, les desean un feliz día, por siempre jamás.
Colorín colorado este cuento tan real se ha acabado.
FELICIDADES MAMÁ.
1 comentario:
Qué bonita historia¡¡¡
Ojalá muchos niños y muchos ahora adultos hubieran tenido una madre que se preocupara por ellos.Sentirse querido sin tener que ofrecer nada a cambio es una suerte. Ser hijos, a veces, es tan fácil....
Besos
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