enero 01, 2010
LA CULPA
Ni subido a una escalera conseguiría besarte. Marcelo pensaba con tristeza. Azucena se había ido llorando. Se estaba comportando como un auténtico cretino. Se pasó la noche en vela, la culpa le corrompía el alma. quería salir a buscarla pero sus piernas no le respondían. Decidido a no perderla se armó de valor, su rostro ojeroso se reflejaba en el espejo, mientras se lavaba la cara, las gotas le caian por las mejillas confundiéndose con las lágrimas, y pensó en la posibilidad... No podía ser tan malo. La magía de verle crecer, sería el mejor padre del mundo. Se le iluminaron los ojos y la culpa desapareció.
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