Necesito unas vacaciones, llego del trabajo saturada por el infierno que me produce ver tanto enfermo y tanta muerte. Pese a que adoro mi trabajo, llega un momento en el que quiero evadirme, desconectar y salir huyendo.
Hace años que no viajo, desde que estoy con Raúl no hacemos nada sólo nos acomodamos en casa y de vez en cuando cada uno sale con sus amigos y más de vez en cuando los dos solos a cenar. Pero de viajar ni hablamos, simplemente nos hemos vuelto caseros.
Como viejecitos que ya no les apetece hacer nada, menos mal que el sexo todavía funciona.
Quiero salir, caminar por la playa, conocer otras culturas, ver el mundo exterior, disfrutar de los aires de otros sitios.
Pero está Raúl y no quiero que venga conmigo, necesito estar sola, no porque no le ame, pero ahora mismo mi estado de ánimo me impide estar al cien por cien en la relación.
Tengo la sensación de estar pasando una mala racha, deseo estar sola, con mis pensamientos y vivir cosas nuevas, cambiar mi vida aunque sean solo unos días.
Cómo le digo a Raúl algo así??
No puedo perderle sin él no soy nada.
Pero qué me está pasando?? Porqué me ha dado ahora por querer escapar??
Quizás esté aburrida de mi monótona vida. No lo se el caso es que ahora estoy mirando lugares a los que me encantaría ir, envidio esos colores, esos sitios donde seguro me encontraré otra vez.
Dejo las teclas del ordenador. Tengo que contárselo a Raúl, voy a llamarle no es que ansíe oír su voz es que me siento culpable.